24 abr 2009

Moral Amoral


Hace poco tuve la oportunidad de ver una película muy muy recomendable: La herencia del viento de Standley Kramer. Nos cuenta un caso que ocurrió el año 1925 en un pueblo de Tenesse en EEUU, en el que detuvieron a un profesor de un colegio público por enseñar la teoría de la evolución de Darwin en clase de ciencias. Ciertamente el profesor estaba cometiendo un delito, ya que la ley lo prohibía expresamente. Acabo de leer un artículo sobre la contínua intromisión de la Iglesia con sus leyes morales, que confunde pecado con delito -que tuvo su máximo esplendor desde la Edad Media hasta la muerte de Franco-; debate que ha vuelto a despertar tras la polémica ley del aborto.

Lo más llamativo del hecho explicado en la película y del debate desatado en España es que desde determinados estamentos se cree que el Estado laico intenta imponer una determinada moral amoral, cuando realmente ocurre lo contrario: pretenden convencer de que la única moral existente es la católica, la dictada no por dios si no por una determinada lectura de la Biblia, tomada ésta como única ley sobre la tierra. Así se intenta hacernos creer que si se aprueba la futura del del aborto, las chicas de 16 años irán corriendo a abortar, aun cuando no lo hubieran hecho si fuera ilegal; se les quita de golpe la capacidad de decidir, la posibilidad de madurar sus ideas y a los padres la posibilidad de intervenir en la educación ya que para eso ya están las leyes.

También me recordó la película a otra batalla reciente, la de Educación para la Ciudadanía, ya que sus adversarios, como los de la película, ni siquiera se habían molestado en leer el manual en este caso, en el otro La teoría de la evolución. O lo que es peor, la habían leído, pero con los ojos cerrados. Sin intentar conciliarse con los que no piensan como ellos; negando la relatividad de creencias -como se llegó a decir-, ¿cómo se puede negar la relatividad? Las creencias son tan relativas como que el de al lado ya no piensa ni cree como tú ni lo mismo que tú. Negando que puedan existir otras creencias es como se llega al fanatismo -ese que sólo vemos cuando aparece un musulmán quemando una bandera estadounidense- que intenta imponer sus propias creencias sobre la capacidad individual de pensar. El abogado de La herencia del viento, no intenta imponer una sola creencia, si no demostrar que no son irreconciliables y que el profesor no estaba comentiendo un delito, ya que la ley decía que estaba prohibido enseñar algo que niege el Génesis.

Recomiendo tanto el vídeo que he colgado, y este otro, como el artículo de Juan G. Bedoya.